La Costa ‘explota’ más allá de cómo le vaya a la economía

Por Federico Gonzalez Rouco* / Martin Grandes**

¿Es la “explosión de la costa atlántica y las sierras o el norte argentino” sinónimo de la buena salud de la economía argentina, o incluso de su expansión? En este artículo investigamos el comportamiento del sector turismo utilizando datos del Indec en el período 2004-2014, es decir, un período que abarca expansiones y contracciones de la economía y concluimos que la “explosión del turismo” no se explicaría por el buen pasar de la economía en distintos momentos del tiempo. Por el contrario, habría otros factores que ayudarían a entender este fenómeno al margen del ciclo económico.

Para comprender el fenómeno del turismo, en primer lugar se aprecia que tomando datos de las cuentas nacionales a precios 2004, el gasto en hotelería y restaurantes –que incluye no sólo gastos turísticos en temporadas o fines de semana largos, es del 2% del PBI. Aun considerando potenciales efectos multiplicadores de dichos gastos, es poco probable que la economía crezca o se contraiga como consecuencia de dicho gasto, o inclusive que el buen desempeño económico previo a las temporadas o fines de semana largo expliquen la performance de indicadores turísticos como la ocupación hotelera, el número de viajeros o la duración de cada viaje.

En segundo término, la tasa de ocupación hotelera parecería mostrar un alto grado de independencia de la suerte de la economía. Desde 2006 a la fecha, los primeros trimestres de cada año (aproximadamente 70% del turismo de cada año) han sido los de mayor porcentaje de ocupación hotelera en todo el país, excepto en la región norte donde los mayores niveles de ocupación hotelera se verifican en el tercer trimestre. Como se ve en la infografía, el porcentaje de plazas hoteleras ocupadas no ha presentado grandes variaciones en la última década. Es más, ese porcentaje fue menor en períodos de expansión económica. En el período analizado, el porcentaje de la oferta hotelera ocupada en el primer trimestre de cada año se mantuvo casi constante (con excepción de la región patagónica, donde cayó del 48% al 41%), a pesar de que la economía había experimentado ciclos de expansión interanuales del que superaban el 10%.

El hecho que se registre una menor tasa de ocupación hotelera con una expansión económica podría parecer contradictorio. Sin embargo, la tasa de ocupación hotelera mide cuántas plazas, de cada cien, están siendo demandadas en un momento del tiempo. A pesar de la expansión que ha experimentado el PBI en períodos como los primeros trimestres de 2008 y 2011, la demanda hotelera no ha acompañado el ritmo de expansión de la oferta hotelera, la cual se dio especialmente en el Norte y en el Litoral de la República. Mientras que la cantidad de plazas disponibles creció un 10% promedio anual entre 2007 y 2014, la cantidad de plazas ocupadas aumentó tan sólo 4% en idéntico período con un aumento del PBI de 30%.

En tercer lugar, se observa el mismo resultado contra-intuitivo en la relación entre la cantidad de viajeros y el desempeño económico. El número de viajeros presenta reducciones de 10% promedio en épocas de rápida expansión económica, como por ejemplo, el primero o segundo trimestre de 2013 o primero de 2013. A su vez, ha habido alzas del 10 a 15% en períodos de contracción económica, como los segundos trimestres de 2009 o 2012. La cantidad de viajeros se ha reducido, sin importar la época del año, en todas las regiones. Sin embargo, la región norte es la única que atrajo más turistas en 2014 comparado con 2004.

Otro indicador significativo es la duración de las estadías promedio en la temporada alta y fines de semana largos, que ha caído de 3,4 a 2,8 días en el promedio nacional. Esta duración también ha caído aunque no de igual forma en todas las regiones (la Costa cae de 6 a 4,8 días promedio) ni en distintas épocas del año. Tras períodos de auge económico, la duración promedio de las estadías parecería tener un comportamiento variable. Esto puede deberse a que, más allá de lo que la economía pudiera anticipar, los argentinos habríamos cambiado la forma en que viajamos. La mayor cantidad de feriados y fines de semana largos parecen haber impactado en la distribución de nuestras vacaciones. Este cambio cultural amortiguó la caída fuera de la época de temporada alta y permitió que regiones como Buenos Aires y Córdoba cedieran espacio ante el resto del país. Al igual que en otros indicadores, la región norte aparece como la de mejor desempeño en esta década.

¿Podemos, entonces, relacionar la actividad económica del país con el turismo interno? Si no es éste un factor determinante del turismo, ¿qué determinaría si los argentinos “explotan” la Costa y las sierras, o no? Si en diez años la capacidad hotelera disponible aumentó en mayor proporción que la demanda, el número promedio de viajeros cayó y la duración promedio descendió con independencia del ciclo económico pueden extraerse al menos tres conclusiones: 1) que como en otros países, viajar ya sería una costumbre “argentina”, es decir un fenómeno cultural; 2) que el turismo sería un “bien” inelástico al ingreso de los argentinos (esto es, en momentos de contracción económica el turismo no cae o incluso aumenta), y 3) que el turista promedio argentino ha redistribuido sus vacaciones entre la temporada de verano y los fines de semana largos, viajando menos días promedio incluso en los feriados puente, pero con mayor frecuencia.
*Universidad de Buenos Aires.**Conicet-Universidad de Buenos Aires.

El turista ‘finde largo’

Las ventas para los fines de semana largos muestran entre un 30% y 40% de aumento, con una mayoría de turismo interno, según los datos de las agencias de viaje que, no obstante, aclaran que cuando se trata de viajar por el país, los argentinos se vuelcan menos a los paquetes y prefieren definir individualmente las reservas y el transporte.
El Ministerio de Turismo calcula que, este fin de semana se movilizarán 776 mil turistas y gastarán unos US$ 1.400 millones, una estimación de la que los referentes del sector privado dudan, aunque reconocen que para el área el aumento de los feriados fue benévolo, según aseguraron en el último congreso de la Cámara Argentina de Turismo. En junio la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (Faevyt), organizará un “travel sale”, con tres días de descuentos.

Nota publicada en la edición del diario Perfil Nº988

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